Carta a mi hijo Homosexual - Matrimonio Homosexual ¿Un desafío a Dios? I

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padre e hijo

Carta a mi hijo homosexual

Sábado 9 de agosto de 2008

Querido hijo:

Te escribo esta carta, con el profundo amor que te tengo, y con el profundo dolor de haberme enterado que una de las raíces de tu elección por la conducta homosexual es LA FALTA DE UNA FIGURA PATERNA ADECUADA en tu infancia, y eso me hace grandemente responsable en tu elección, y me duele profundamente. ¿Cómo podré ponerme frente a Dios y decirle que he fallado como padre?, ¿Cómo podré llegar a él y decirle aquí estoy sin uno de mis hijos muy amados, al que le solté la mano en un descuido y se me perdió en las tinieblas? ¡Hay hijo querido!; te escribo esta carta con el llanto en los ojos, pidiéndole a Dios que me perdone por mi grave responsabilidad.

Has escogido libremente tus acciones y tu forma de vida, y yo las respeto; y tu elección no merma mi amor por ti. Seguramente sentirás que muchos te desprecian, que todos te juzgan, y que otros te odian y es posible que hasta te maldigan; pero yo siempre estaré a tu lado para protegerte y amarte. Para mí sigues siendo un niño pequeño, pero ahora te veo más indefenso que nunca. Todos los días en mis oraciones le pido a Dios que te proteja y que te perdone, y que a mí también me perdone. Sé que él nos ama a los dos y que nos perdonará todas las faltas. Y no solo nos ama, sino que es su deseo que cumplamos nuestro destino, de esta vida; el cual es actuar de tal manera que luego estemos con él, nuestro padre, por siempre. Ese es también mi mayor deseo; que al término de nuestro paso por el mundo, estemos juntos, contigo y con los nuestros a su lado.

Querido hijo, sabes que el camino que has escogido vivir te hace perder a Dios. Sabes, que todos los que escogemos una conducta prohibida por Dios, estamos escogiendo perder el cielo. Y lamentablemente preferimos la comodidad de nuestro cuerpo; satisfacer las necesidades y deseos de nuestra materia, sin importarnos esas prohibiciones, aunque después lo perdamos todo. Te vuelvo a recordar como prohíbe Dios el camino que has escogido:

1. "No te echarás con varón como con mujer, es abominación" (Lv 18:22).

2. "Si alguno se juntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos, sobre ellos será su sangre" (Lv 20:13).

3. "¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones (sodomitas), ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios" (1 Co 6:9-10).

Y esto es definitivo, una Ley Universal, independientemente de que creas, o nó, que exista Dios. Yo también por un gran período de mi vida negaba su existencia, y la del cielo, y la de todas las verdades eternas. Era ateo, de los ateos recalcitrantes; y de verdad te digo que estaba con un pié en el infierno, o más bien ya con los dos pies. Y si aún estuviera en ese tiempo, te diría: “Que bien hijo, vive tu vida, como te dé la gana, que nadie se meta contigo, porque yo estoy a tu lado; y a nadie tienes que rendir cuentas de lo que hagas con tu sexualidad”; porque en aquel tiempo me tenía sin cuidado las prohibiciones de Dios a las relaciones homosexuales. Pero ahora que, por la misericordia de Dios, he vuelto a su camino y soy un escapado del infierno; te digo con toda humildad, y mucha autoridad, por mi propia experiencia: que no obedecer las Leyes de Dios, que mas bien son sabios concejos, trae graves consecuencias para nuestro destino propio y para el destino de todo el planeta.

Debes saber, querido hijo, que fueron las oraciones de tu madre que hicieron, que la misericordia de Dios tocara mi corazón; que estaba duro como una roca; fueron sus oraciones que abrieron una pequeña rendija en el caparazón de un durísimo acero en la que estaba encerrada mi voluntad de voltear los ojos a Dios. Y fue por esa rendija por la que se metió todo el río de la misericordia de Dios, y por su milagro se produjo un cataclismo en mi ser; y entonces recuperé la vista de mi alma y pude ver nuevamente el camino al cielo. Y el camino al cielo, para mí, es un camino muy difícil y estrecho; pero lo veo con toda claridad y estoy contento de haberlo visto y escogido. Por eso ahora con todo mi amor te digo que has tomado el camino que te lleva al destino opuesto.

Una de las razones por las que surgieron y/o prosperaron en ti tendencias homosexuales es porque yo te fallé como padre. Pero gracias a Dios aun estás vivo y tu situación es revertible si tú quieres. Y esto es tan cierto que te reproduzco extractos de estudios científicos referentes:

1. Estudio Genético Molecular de la Orientación Sexual del Instituto de Investigación Northwestern Evanston de Chicago, en los Estados Unidos.

Su director Alan Sanders, simpatizante del movimiento gay en E.E.U.U publicó resultados en Marzo de 2008 y declaró a la prensa: “no creo que exista un gen gay, y aclaró que intervienen otros factores NO genéticos, como influencias sociales y ambientales" (http://www.courage-latino.org)

2. Investigación Científica: Percepción Infantil de No ser Aceptado como un Factor Predisponente a la Homosexualidad. Pontificia Universidad Católica de Chile.

“La posibilidad de una terapia reparativa es real y, si bien no se puede siempre garantizar el resultado, en el sentido del logro de una heterosexualidad completa, los progresos en el desarrollo de una identidad más sana son notorios y, en muchos casos, logra alcanzarse un total éxito”

Esta es una afirmación en la investigación científica de la Psicóloga Clínica María Marcela Ferrer, el extracto completo de las conclusiones las he anexado al final de la carta.

Pero ni mil investigaciones que demuestren la posibilidad de cambio, ni miles de versículos de la biblia que prohíban las relaciones homosexuales servirán, si tú no quieres cambiar, si tú no quieres volver a Dios.

No sé si esta carta siquiera te tocará el hombro, aunque mi intención es hacer un llamado a tu alma; pero te cuento algo que me conmovió mucho, la visión de la hija muy amada de Dios, que la relata así: “Vi que desde el trono de Dios brotaba como un río, un fluido dorado resplandeciente con la contextura de la miel, era la misericordia de Dios; y fluía hacia todas las personas. Unas se bañaban felices en su misericordia, hombres mujeres y niños se regocijaban, y los veía felices; pero había algunas personas que se hacían a un lado, no querían bañarse en ese río; y lo que más me desconcertó y me apenó, es que también habían niños que se retiraban y no querían bañarse”. Querido hijo, no sé si tu querrás aprovechar y bañarte en el río de la misericordia de Dios, pero yo sé que él te ama, y aunque estuvieras en el abismo más profundo, si tu quieres y le pides, él te ayudará a salir; y también serás un escapado del infierno.

Hoy encontré en internet un video colgado en You Tube por una muchacha española de 25 años con seudónimo “Kantabra86 en unaPregunta a Rajoy”, y dice lo siguiente:

“Soy igual que cualquiera, vivo igual que cualquiera, siento igual que tú, amo igual que cualquiera, y sin embargo para ti mi amor no es como el de cualquiera. Mi mujer según tú, no merece llamarse esposa, porque yo soy otra mujer. Un niño abandonado o sin familia, no merece formar parte de la nuestra, porque según tú no es un ambiente adecuado. No podemos besarnos sin que alguien nos mate con sus palabras. No podemos ser familia porque supuestamente les hacemos daño. ¿Y quién siente nuestro daño?, ¿Quién piensa en el daño que a nosotras nos hacen sus palabras? ¿No es pecado despreciar el amor de dos seres humanos?, ¿es lícito querer cambiar el nombre de nuestro matrimonio?, ¿podéis imaginaros el dolor que se siente cuando alguien te discrimina así? Hay familias diferentes, personas diferentes…¿Señores del P.P. porqué cambiar la ley del matrimonio homosexual?. Nosotras también tenemos derechos, también somos familias….”

Yo le digo: Bendita seas Kantabra86 porque amas. Y, es cierto que es un pecado despreciar el amor de dos personas. Y es más, el Hijo de Dios nos ha enseñado que debemos amar hasta el extremo de dar la vida por amor; amar a los tuyos, a tus amigos, a los que te juzgan, a los que te odian y te hacen daño; amar a la naturaleza, a nuestro planeta. Y tu amor es bendito porque brota de la parte de Dios que hay en ti, porque viene desde Dios a través de ti; y puedes amar muchísimo más, porque tu alma puede ser una fuente inagotable de amor si no lo encadenas por el egoísmo. No es malo el amor entre dos personas del mismo sexo, por el contrario, es bendito, sino ¿cómo pudo amar el Maestro a sus discípulos hasta el extremo de dar la vida por ellos? Lo que es prohibido por Dios no es el amor entre dos personas del mismo sexo, sino las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo; así como las relaciones sexuales de adulterio, y todas las otras formas de fornicación; eso es lo prohibido y lo que es considerado en el Libro Sagrado como abominable. “No pecarás con mujer de tu prójimo, ni te contaminarás con semejante unión (Lv 18:20).“No cometas pecado de sodomía porque es una abominación” (Lv 18:22). “No pecarás con bestia, ni te manches con ella, tampoco la mujer se mezclará con bestia, por ser horrible maldad” (Lv 18:23). “Huid de todas las impurezas, con las que se han ensuciado todas las naciones, que yo desterraré de vuestra vista” (Lv 18:24). “Las cuales tienen contaminada la tierra: Cuyas abominaciones residenciaré yo (pediré cuentas de su conducta), para que ella arroje de sí (vomite) con horror a sus habitantes” (Lv 18:25).

Y le digo a Kantabra86, con mucho amor y respeto a su decisión: Si amas a tu pareja, ¿no deseas lo mejor para ella?, ¿no deseas el cielo para ella? Si realmente la amas ¿no harías sacrificios para que ella obtenga el cielo? Si no fuera así, sería puro egoísmo tuyo, que satisfaces a tu cuerpo a costa del alma de quien dices amar. Y si de verdad la amas, ya no le hagas daño.

El enemigo de Dios á logrado confundir, en esta generación, el término y el mismo concepto de amor, llamando “hacer el amor” a las relaciones sexuales; y peor aún, llamando también así a las fornicaciones. El amor es sublime porque es una manifestación de Dios; y la sexualidad es un regalo de Dios, que no debemos usarla para desafiarlo y ofenderlo.

Cuando Dios creó a Adán lo creó con su Eva; y en realidad creó a muchos Adán y muchas Eva; a cada uno con su pareja. No creó una sola pareja; por eso que está escrito: “Nadie se juntará carnalmente con su consanguínea, ni tendrá que ver con ella. Yo el Señor” (Lv 18:6). Y desde siempre cada persona es creada con su pareja, su otra mitad; la pareja de cada uno es única en todo el universo. Y las dos mitades siempre se encontrarán en el camino de la vida, por esa “sabiduría de la naturaleza”, por un regalo de Dios. A no ser que se distorsione su identidad y confundido uno de los miembros de la pareja prefiera “otra opción”; o prefiera en su vida hacer caso omiso a su corazón y su destino.

Muchos te dirán que el infierno no existe, que es una arcaica amenaza de los fanáticos cristianos, o que no hay una prueba científica de su existencia. Yo tampoco he visto pruebas científicas de la existencia del infierno. Lo que sí es seguro, es que los que lleguen allí son los que comprobarán “científicamente” su existencia. Hay también quienes te dirán que Dios no puede crear algo tan terrible para sus hijos. Yo tampoco creo que Dios, que es infinitamente bondadoso, pueda crear algo tan espeluznantemente terrible como es el infierno. Pero ¡Existe! Independientemente de nuestras creencias y nuestras opiniones o deseos. Y ¿quién lo creó?, o ¿cómo se creó?, no lo sé; pero… ¡Existe!

Hay también quienes dicen que el infierno es solo una amenaza medieval para dominar a las personas. Y es cierto que en nombre de Dios, del cielo o del infierno, se han cometido grandes crímenes, por el afán de riquezas y poder. Pero hablar del infierno ¿es una amenaza?; ¿acaso cuando vemos en una autopista un aviso de “Curva Peligrosa”, ¿consideramos a este aviso una amenaza? Simplemente el que haga caso omiso al aviso se mata, y .. ya. Así también si hacemos caso omiso al aviso de “Infierno a la vuelta”, podemos matar nuestra alma.

Querido hijo; por el gran amor que te tengo, te repito que tienes abierto el camino de retorno, si tú lo deseas. Por supuesto que ello supone un gran esfuerzo de voluntad, puesto que debes dominar tus instintos y tus sentidos. Yo sé que tú no has escogido el llamado de tu cuerpo hacia la sexualidad por tu mismo género, pero sí que has escogido aceptar ese llamado. Todos tenemos muchas veces el llamado de nuestra materia hacia la sexualidad prohibida, unos unas veces hacia el adulterio, otros hacia otras formas de fornicación. Pero aceptar o no ese llamado es lo que hace la diferencia, y eso es lo que te puede hacer hijo de Dios o hijo de su enemigo. Y en este tiempo que se ha distorsionado totalmente los valores morales de la humanidad, es más difícil distinguir entre lo bueno y lo malo; porque lo malo se ha cubierto totalmente con un velo de aceptación general.

El llamado hacia la sexualidad está únicamente en el cerebro y no en el espíritu. Y así como cualquier vicio, sea el alcoholismo, el tabaquismo, o el sexolismo, deforman el cerebro para siempre; y como un tronco que crece torcido ya no se puede enderezar, así queda deformado el cerebro hacia ese llamado sexual para siempre. De esta manera la sexualidad deformada, sea el homosexualismo, el sexolismo, la pedofilia, el adulterio o la zoofilia, deforman para siempre, los llamados a la sexualidad que hace el cerebro. Por experiencia propia te digo, esa tendencia es para siempre. Sé que oponerse al llamado de nuestro cuerpo a esas formas de sexualidad es una carga muy pero muy pesada. Pero tú puedes lograrlo, si te decides, porque tienes la fuerza suficiente; jamás Dios te da una carga, o te vé con una carga, sin darte la fuerza suficiente para superarla. Y tú tienes la fuerza suficiente para oponerte al llamado de tu sexualidad deformada.

Muchas veces escuché decir que oponerse al llamado sexual, es troglodita, antinatural, masoquista, o teñido de prejuicios medievales. Yo te digo por el contrario, que el dominio de tu mente y tu voluntad sobre tus instintos y tus sentidos te hace más hombre, más humano; y que el dominio de tus instintos y tus sentidos sobre tu mente y tu voluntad te hace más animal.

También te digo que si decides dejar las relaciones homosexuales, tendrás que librar una lucha permanente, cada día, cada instante, hasta el final de tu vida. Exactamente como cualquiera que quiere dejar un vicio. Y que con sólo tus fuerzas podrías volver a caer, pero si a cada instante pides el auxilio de Dios, él te aumentará la fuerza y podrás vencer cada vez que estés en peligro de recaer. Y, hasta encontrarás la verdadera pareja con la que Dios te creó, y tendrás la familia que corresponde a tu destino. Tu verdadera pareja no permitirá que se pierdan en las “relaciones sexuales prohibidas”.

Querido hijo, te pido nuevamente perdón por no haber sido mejor padre, y te repito que te amo con todas las fuerzas de mi corazón.

Que Dios te bendiga para que encuentres la luz que te lleve hacia él, tu verdadero padre, y pueda brotar de tu corazón mucho amor; en primer lugar hacia ti mismo, para que quieras para ti el tesoro más valioso que existe: El cielo, Dios mismo. Que brote de tu corazón muchísimo amor hacia tu pareja, y desees para él también lo mejor, y lo ayudes a salir y encontrar a Dios.

Amadísimo hijo, yo te bendigo para que la paz esté siempre en tu corazón.

Tu papá, que te quiere mucho.

Nota Importante:

(Este artículo fue escrito en cuatro partes y en diferentes épocas. Las partes I, II y III fueron escritos con el criterio errado, del autor, de que el homosexualismo era una opción voluntaria; y sin la más mínima intención de juzgar, ni mucho menos ofender absolutamente a nadie, y se reproduce tal como fué escrito porque, a nuestro juicio, contiene verdades eternas muy necesarias para la edificación de Civilización Superior; tal como Dios ha deseado desde siempre para la humanidad, y tal como Jesús el Mesías ha venido a enseñar. Sin embargo, ha causado rechazo de muchos involucrados. manifestando que se han sentido lastimados. En el artículo IV, se corrige el error, y está escrito con el conocimiento de que el homosexualismo no es una opción voluntaria, sino que es una condición con la que se nace)